MANIFIESTO DE ALTURA

La asociación El Cantal, en colaboración con el Ayuntamiento de Altura y la Universitat Jaume I de Castellón, organizó unas Jornadas de Patrimonio Rural que se llevaron a cabo el 24 y 25 de mayo de 2014 en Altura (Castellón), con la participación de numerosos asistentes a título particular y 12 asociaciones o entidades.

Navajos de las Navas en fase de reconstrucciónNavajos de las Navas en fase de reconstrucción

Al finalizar dichas jornadas se encargó a la Asociación El Cantal la redacción del llamado “Manifiesto de Altura” en defensa del Patrimonio Natural y Cultural Rural, en el que se recogieran los conceptos sobre patrimonio y las reivindicaciones propuestas por los grupos de trabajo.

El 17 y 18 de octubre de 2015 llevamos a cabo un taller teórico-práctico de piedra seca, también con la colaboración del Ayuntamiento de Altura y la Universitat Jaume I de Castellón, donde nos encontramos con un gran número de personas y colectivos interesados en la defensa del patrimonio.

Ahora, después del éxito de estas dos actividades, de habernos encontrado, trabajado juntos, convivido y hablado sobre patrimonio rural muchas personas y colectivos, os ofrecemos la posibilidad de adheriros al Manifiesto, en el siguiente enlace. MANIFIESTO DE ALTURA

MANIFIESTO DE ALTURA

En defensa del patrimonio natural y cultural rural

Las asociaciones, colectivos, instituciones y personas que firmamos el presente Manifiesto lo hacemos movidos por el profundo respeto que nos merece nuestro patrimonio en sus diferentes adjetivaciones (natural, rural, cultural, histórico, arquitectónico, etnológico, industrial…), por la identificación cultural y anímica que sentimos con él y por el peligro de desaparición en que se encuentran muchos de sus elementos insustituibles.

Entendemos por patrimonio el conjunto de bienes materiales e inmateriales recibido de nuestros antepasados lejanos o próximos; es lo heredado, que sentimos como propio de nuestro grupo social y por ello asumimos la responsabilidad de protegerlo, divulgarlo, consolidarlo y recuperar los elementos dañados a lo largo del tiempo por diferentes circunstancias, con el fin de legarlos en condiciones dignas a nuestros sucesores.

Sabemos que nuestro trabajo de recuperación de los elementos patrimoniales implica su reincorporación al patrimonio y, por tanto, el acrecentamiento de este.

Nuestro patrimonio es nuestra identidad común modelada a lo largo de siglos hasta tiempos más cercanos. Es lo que nos define como pueblo en relación con nuestro entorno. Nos informa del pasado y nos permite entender mejor nuestra sociedad presente.

Reclamamos para la correcta valoración de nuestro patrimonio, además del componente cultural (historia, etnografía…) o el económico (turismo, artesanía…), se tenga en cuenta el emocional o afectivo de las gentes que lo sienten como suyo. Este es el que nos mueve a actuar personalmente y el que es necesario transmitir para tener un relevo generacional en nuestra labor.

Pensamos que, además de la protección y recuperación de los elementos patrimoniales, es imprescindible la divulgación de su inmenso valor, más allá de lo económico, a la sociedad en general y en especial a las futuras generaciones. Lo que no se conoce no puede estimarse.

Creemos que el conocimiento de nuestro patrimonio nos hace reconocernos y valorar críticamente los elementos y la naturaleza de nuestro modelo social y cultural.

Esta necesaria valoración crítica que reclamamos es la que nos lleva a no admitir a toda la tradición como patrimonio a conservar y a no asumir como propios algunos hábitos o costumbres.

Reivindicamos la dignidad de nuestros antepasados en su lucha por la vida adaptándose al medio hostil en el que vivieron y la dignidad de su abnegado trabajo para transformar ese medio y hacerlo habitable.

Juzgamos muy insuficiente el apoyo a nuestra labor de las administraciones local, provincial, autonómica y estatal. Exigimos a las administraciones públicas el aporte de medios a las asociaciones y colectivos que trabajamos en la recuperación y el mantenimiento del patrimonio natural y cultural de nuestros municipios.

Sentimos que el hecho de ser rural y, por tanto, afectar a poca población, hace que nuestro trabajo sea menos interesante o atractivo para los medios de comunicación, pase desapercibido para la sociedad en general y pierda prioridad ante la administración.

Denunciamos que nuestro patrimonio se encuentra en un delicado momento por el abandono, la infravaloración, el desconocimiento, la especulación…, en definitiva, por una serie de causas que en la mayoría de los casos escapan a nuestras posibilidades de solución y son responsabilidad irrenunciable de las administraciones públicas.

Y manifestamos nuestra voluntad de seguir trabajando desinteresadamente en la recuperación, acrecentamiento, conservación y divulgación de nuestro patrimonio, en la medida de nuestras posibilidades y contracorriente de los valores imperantes en nuestra sociedad de consumo actual y de su endémica crisis cultural y educativa, para transmitirlo a las futuras generaciones, junto con la escala de valores que comporta.

Altura, 2015